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El acero es una de las materias primas de origen industrial que más se consume en el mundo. En la actualidad es un material omnipresente e imprescindible, que sirve como insumo para producir y construir diversidad de elementos y estructuras que requiere la humanidad para satisfacer diversas necesidades.

Desde una olla, un cubierto o una lata de comida, pasando por bicicletas, automóviles, instrumental quirúrgico, hasta maquinaria, herramientas, contenedores, buques y calderas -el listado puede ser interminable-, todos estos implementos están hechos de acero, pero particularmente es fundamental en la construcción.

El acero es una aleación de hierro y carbono, pero dadas las características del material, es altamente reciclable, por lo que buena parte de la industria siderúrgica aprovecha la chatarra -acero usado y desechado- para producir más acero.

En el mundo son varios los países que producen acero, pero el gigante Chino, es el que proporcionalmente más produce con chatarra. Pero desde el año pasado se han elevado voces reclamando que éste país ha desplegado una estrategia comercial global para vender el acero que produce a precios muy bajos, constituyéndose en una seria amenaza para las industrias locales o domésticas.

Uno de los mayores reclamos lo ha elevado la industria siderúrgica latinoamericana, que a decir de Smink (2024), arrancó el siglo XXI con la ilusión de convertirse en el motor de crecimiento económico de la región, pero lejos de lograrlo, sufrió un largo estancamiento que hoy ya es una crisis, siendo el principal responsable China, según advierten en el sector.

Siguiendo a la misma, uno de los objetivos que se propuso el bloque de países como Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Perú y Ecuador en el 2000 fue desarrollar su sector manufacturero para dejar de basar sus economías en la exportación de materias primas extractivas. La razón fundamental que los llevó a plantearse este propósito es que el mercado de commodities por no tener valor agregado, demanda empleos menos calificados con salarios más bajos que la manufactura. De ahí que la alternativa era acelerar la producción de acero ya que este material se utiliza en casi todo lo que la humanidad requiere para su bienestar y desarrollo. Pero ¿Qué es lo que está ocurriendo con el acero chino y la industria siderúrgica en América Latina?

Trabajadores del acero europeos participan en una manifestación en el centro de Bruselas
Fuente: publico.es, cortesía REUTERS

 

Contexto histórico

Es evidente la desindustrialización de América Latina que ha venido acompasada con la profundización de la primarización de su industria, en tanto que la región ha perdido relevancia como productora de artículos con valor agregado, centrándose en la extracción de materias primas de menor valor agregado. Esto se constata con el hecho de que las exportaciones de materias primas chinas a la región han caído un 21% durante el mismo período, mientras que las exportaciones de materias primas desde la región hacia China aumentaron un 1.485%, alcanzando hasta 261,7 millones de toneladas.

Por lo que respecta a la industria siderúrgica, Smink, refiriendo a la World Steel Association (WSA), reseña que hacia el año 2000 la región fabricaba el 6,6% del acero global y exportaba a China más de 160 mil toneladas del material, el doble de lo que importaba de ese país.

Más sin embargo el propósito de fortalecer el sector manufacturero no se ha cristalizado y por el contrario el sector siderúrgico de la región no despegó y durante este cuarto de siglo el acero latinoamericano fue perdiendo relevancia. Sin duda la producción se estancó de tal forma que en el 2000 la región producía 56 millones de toneladas de acero, cifra que aumentó a 67,7 millones en 2011, pero a partir de ahí entró en descenso hasta llegar 58,3 millones de toneladas el año pasado.

Producción de acero 2000-2023 (en millones de toneladas)
Fuente: bbc.com, cortesía Alacervo/WSA

 Wagner (2023) reportó que entre el 2000 y el 2022 la producción de acero en América Latina aumentó un 12% y en términos absolutos a 63 millones de toneladas anuales. Y si bien dicho crecimiento fue inferior al promedio mundial del 20% -excluyendo a China- la situación se presenta muy diferente cuando se incluye a China, puesto que la producción de este país aumentó un 692% en este período, alcanzado 1.018 millones de toneladas.

 En los últimos 22 años América Latina ha pasado de ser un exportador neto de acero a China a convertirse en un importante consumidor del metal chino. Si se compara el año pasado con el 2000, se tiene que las exportaciones latinoamericanas cayeron un 94%, a apenas 9,2 mil toneladas, mientras que las importaciones del acero chino en la región aumentaron en 8,69% a 7,09 millones de toneladas. En este proceso la capacidad de producción de la industria local se ha visto seriamente afectada impactando el empleo y la fortaleza de la economía de la región.

Inexorablemente las consecuencias de este cambio en la vocación de la industria del acero en América Latina se han hecho sentir de manera evidente, que como ejemplo expone el caso -sin ser el único- de la brasileña Gerdau que a finales de septiembre del año pasado paralizó gran parte de su producción con 600 empleados, cuyos contratos fueron suspendidos en todo el país brasileño.

Las consecuencias colaterales se reflejan además en que cada vez más vendemos mayor cantidad de mineral bruto para comprar bienes procesados, lo que afecta la creación local de empleo, los ingresos de la población, la balanza comercial de la región y las perspectivas de generar un futuro más próspero.

 

El presunto «dumping» chino

A la introducción de un producto en el mercado de otro país a un precio inferior al que debería tener normalmente se le conoce como «dumping». Por lo general obedece a una estrategia comercial implementada por los gobiernos, consistente en subsidiar a sectores o cadenas productivas, con el fin de reducir costos y ofrecer precios más bajos a los consumidores.

La consecuencia natural es que las industrias en los países receptores no pueden competir con esos precios, lo que obliga a los productores locales a bajar sus referencias, convertirse en importadores o en el peor de los casos, a cerrar por las bajas ventas.

Frente a este fenómeno, como lo acota Ramírez (2024), desde Europa, pasando por Estados Unidos y hasta en América Latina, se ha expresado la preocupación por las exportaciones masivas de China hacia el resto del mundo. En reciente visita a China que hiciera la Secretaria del Tesoro de USA, Janet Yellen, en un mensaje central llamó la atención porque la segunda economía del mundo está inundando los mercados globales con productos baratos.

Posteriormente el presidente Joe Biden hizo lo propio al cuestionar que «Durante demasiado tiempo, el Gobierno Chino ha invertido dinero estatal en las empresas siderúrgicas, empujándolas a producir tanto acero como sea posible». Para Biden esto conduce a que en China se produzca más acero del que necesita, lo que termina colocando acero adicional en los mercados globales a preciso injustamente bajos.

La réplica a los reclamos de occidente y América Latina, no se ha hecho esperar por parte de China, que ha expresado que no están incurriendo en dumping, sino que están produciendo con mayor eficiencia que sus críticos y compitiendo en un mercado que se pregona libre.

 

Efectos en Colombia

Medina (2024) asegura que el mercado del acero en Colombia está en jaque por la impotencia de las empresas nacionales de competirle en precio y volumen al acero chino. El mayor perjuicio se presenta en el mercado de las láminas y tejas galvanizadas, lo que condujo a que Acesco y Corpoacero pidieran medidas antidumping.

El Ministerio de Comercio, el reciente 26 de abril, expidió la Resolución 115 de 2024 que ordenó la apertura de la investigación por presunto dumping en importaciones de lámina lisa galvanizada, galvalume y teja galvanizada procedentes de China.

Impacto del acero chino en el mercado colombiano
Fuente: larepublica.co, cortesía DANE / DIAN / MinComercio, gráfico por LR-MN

Colombia es uno de los ocho países latinoamericanos que han adoptado medidas antidumping. Refiriendo los cálculos de Alacero, Medina reseña que al cierre del primer trimestre de 2023 China tenía 40 de las 63 acciones antidumping en Latinoamérica, mientras que USA, México y Brasil, que son los principales consumidores de acero a este lado del atlántico, han cerrado sus mercados, obligando a los asiáticos a buscar otros mercados con menos restricciones, entre ellos Colombia que actualmente solo ha implementado 3 acciones antidumping contra China.

Usando a Brasil por tener condiciones similares a China, el Mincomercio de Colombia determinó que el dumping para la lámina es de 76,67% y para la teja de 135,48%. Ante este panorama el Presidente de Acerías Paz de Río, Fabio Galán aseveró que «Llevamos dos años soportando una competencia desleal a través de importaciones masivas dese China y Rusia a precios predatorios, inferiores incluso en un 40% a los precios internacionales y de mercado».

Todo parece indicar que en efecto desde hace ya varios años se viene dando un dumping del acero proveniente de China que está inundando los mercados nacionales y latinoamericanos, que con precios irrisorios está poniendo en jaque a la industria siderúrgica nacional y de la región, imponiendo la necesidad de adoptar medidas antidumpin, pero y de otro lado, seguramente la revisión de los procesos productivos domésticos.

 


Referencias