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El pasado año el Presidente de Francia Emanuel Macron ante su Gabinete de Ministros y el Parlamento en pleno, lanzó la frase «El fin de la abundancia» que de fondo es igual a la que expresó la actual Ministra de Energía de Colombia cuando en un evento público sugirió «Tenemos que decrecer», y mientras que al primero allá se lo tomaron muy en serio y no le llovieron rayos y centellas, a ésta última, aquí en Colombia, hasta piedras y no pocas veces le cayeron.

Pues bien, el planteamiento de los dos servidores públicos situados a las orillas extremas del atlántico, sustantivamente tiene la finalidad de advertir tanto allá, en ese continente, como acá en el americano, que ante la oleada de crisis que se están desatando por el desaforado afán de acumulación de riqueza que mueve a la economía mundial que se expresa en la opulencia, los grandes capitales y el consumismo, mientras que sectores sociales menos favorecidos como los obreros padecen gradualmente la reducción real de sus ingresos, pueden llevar al planeta a la crisis total y en consecuencia al fin de la abundancia o a la necesidad de tomarse en serio la alternativa de decrecer en la sobreexplotación de los recursos naturales, en la sobre producción y en la propensión al consumismo de los distintos agentes económicos.

De ahí que a la luz de esta frase que se ha convertido en máxima para el gobierno francés, el presidente de aquel país ya ha empezado a tomar medidas firmes para el resto del período gubernamental, entre ellas la de reducir -decrecer- el consumo de energía en un 10% en los próximos dos años.

Por su parte Plasencia (2022) interpreta que «el fin de la abundancia» no es otra cosa que adentrase en «la época de la escases» y agrega que de las palabras de Macron se puede deducir que estábamos desde hace tiempo viviendo una «abundancia ilusoria», para sentenciar finalmente que «Vivimos el fin de lo que podía parecer una triple abundancia: la de la liquidez -monetaria- sin coste; …la de productos y tecnologías que parecían perpetuamente disponibles…y el fin de la abundancia de tierras, materias primas y del agua».

 

La Construcción y el Fin de la Abundancia

Por lo que respecta a la construcción, cuyo aporte a las emisiones de gases invernadero y de otros factores contaminantes no es despreciable, y que aún consume variedad y gran cantidad de recursos en un alto porcentaje no renovables, cabe preguntase si le aplica el fin de la abundancia. Un sector que, debido a esa abundancia cada vez más concentrada y al desaforado consumismo, paulatinamente también se la ha venido jugando por llenar las urbes, los suburbios, las playas y hasta los campos de suntuosas construcciones que parecieran no terminar de saciar los deseos de ostentación de aquellos que le apuestan a incrementar -o aparentar- sin medida sus capitales y patrimonios.

Y para ambientar esto de una manera más vivencial con un toque de crónica literaria baste leer lo que en su relato expresa Tato (2022) en el que, refiriéndose a la forma como el ser humano ha modificado el paisaje natural qué observó en su paseo por una playa de Villefranche-sur-mer, advirtiendo la presencia de construcciones públicas -fortificaciones de piedra para sostener el ferrocarril y carreteras- edificaciones, suntuosas unas, otras menos y apeñuscadas, y edificios de apartamentos poco elegantes y gratos a la vista, escribió…

«No hace falta ser muy astuto para saber que estas intervenciones humanas tienen fecha de caducidad, porque la naturaleza se abre paso y terminará por acabar con las construcciones que ahora vemos. En un futuro cercano, quizá alguien pasee por esta playa, (…) y vea alguno de los vestigios de nuestro paso por la tierra, como en el final de El planeta de los simios, pero lo más probable es que no haya nada, excepto los colores decadentes y violetas del sol sobre la superficie del mar».

Escena de la película «El Planeta de los Simios» (1968)
Fuente: collider.com

Y entonces ante una eventual recesión que se avecina y anuncia a todas voces por todos los rincones, cabe preguntarse ¿cuál va a ser el comportamiento y hacía donde irá el sector de la construcción a nivel mundial y particularmente en Colombia? ¿Este sector ya está o entrará en la ola del fin de la abundancia a la que se refiere Macron? Fontana (2022) refiriéndose al caso español considera que si bien este sector en España no es inmune a la recesión, tampoco ha de ser de los que van a caer de inmediato, y esto debido a que España ha prolongado la austeridad en este mercado y no ha participado en la fase expansiva de la construcción de la que si se ha beneficiado buena parte del resto de Europa, por lo que España no necesita enfriar la demanda de construcción.

Y en el caso de Colombia, puede ser que la situación se muestre diferente. El sector de la construcción criollo desde hace ya varias décadas, aún con altibajos, ha sido uno de los principales jalonadores del crecimiento económico y en pospandemía se ha constituido en uno de los principales actores de la reactivación impactando positivamente a otros sectores económicos: bien porque ha sido generador de nuevos puestos de trabajo, ha incentivado el endeudamiento de los hogares para adquirir vivienda o porque ha sido un fuerte demandante de materias primas.

En efecto, como se indicó en artículo anterior, en el tercer trimestre del 2022 el sector globalmente considerado creció un 13,4% en donde el subsector de las edificaciones lo hizo en 19,3%, las obras civiles en 1,5% y las actividades especializadas en 13,9% respecto del mismo período del 2021. Por su parte el informe Rasec elaborado por el Centro de Estudios Económicos de ANIF, referido por Semana (2022), indica que al tercer trimestre de 2022 el subsector de las edificaciones -principalmente vivienda- fue el principal impulsor del sector al representar un 53,3% del PIB sectorial. De esta manera este sector superó en su ritmo de crecimiento a los grandes sectores de la economía como el industrial que solo lo hizo en un 7.0% y el comercial en un 8.1%, habiendo sido superado solamente por el cultural que registró un crecimiento del 36,9%.

Fuente: freepik.es

 

El desinfle del boom de la construcción

Aun a la luz de estas cifras que dan cuenta de una aceptable comportamiento del sector, el mismo informe de ANIF no escatima en afirmar que hay un panorama de incertidumbre en esta rama de la economía en el inmediato futuro y al unísono sentencia que para el 2023 este sector, se vislumbra con más retos que elementos a favor, ya que de un lado, aunque se han moderado en los últimos meses, los precios de los insumos y materia primas siguen siendo elevados afectando la viabilidad de los proyectos y su cierre financiero, además de llamar la atención acerca de los asuntos que aún están por ser dilucidados por el Gobierno Nacional respecto del sector.

El informe también sostiene que los elementos que había impulsado a las edificaciones están llegando a su fin haciendo referencia a la incertidumbre que se cierne sobre los subsidios a la demanda -como mi casa ya o semillero de propietarios- que el año pasado llegaron a su fin, el fuerte incremento de las tasas de interés para la adquisición de vivienda y la persistencia en el incremento de los precios de los insumos y materiales para la construcción. Agrega a estos factores el hecho de que la inflación sigue estando en niveles altos lo cual afecta la capacidad de los hogares para comprar viviendas, lo que comienza a evidenciarse en la fuerte reducción de las ventas en el comienzo de este primer trimestre.

Y haciendo un pronóstico casi que apocalíptico afirma que «se dificulta el panorama para el segmento de la vivienda de interés social aunque la reducción de las ventas es una realidad prácticamente para todos los segmentos de precios» y agrega que «frente a un 2022 y 2021 de cifras positivas para el sector, se vislumbra un 2023 de menor actividad marcando así el final de la bonanza del sector edificador».

Fuente: freepik.es

Es probable que algunas de estas apreciaciones no escapen al círculo de las especulaciones puesto que aún está pendiente la aprobación del Plan de Desarrollo para el período 2022-2026, que si se acompasa con lo planteado en el Programa de Gobierno del nuevo Presidente, se advierte en él un fuerte énfasis tanto en la vivienda social como en las obras de ingeniería e infraestructura, en lo que se muestra ambicioso.

De otro lado, es de esperarse que algunas de las medidas que se vienen adoptando desde el Gobierno Nacional para controlar la inflación pronto comiencen a rendir frutos, al igual que el incremento del salario mínimo que se dio en tres puntos porcentuales por encima de éste índice, con la firme disposición por parte del mismo gobierno de controlar las tarifas de los diversos servicios administrativos estatales para que no crezcan por encima de la inflación, la desindexación de 80 productos de la canasta familiar del incremento del salario mínimo, la reducción de aranceles de insumos agropecuarios, el acuerdo para reducir las tarifas del servicio de energía, etc., algo que aunque puede parecer poco, incide en el aplanamiento de la curva de crecimiento dela inflación, sin desconocer que gran parte de dicho incremento está sujeto también a variables externas.

Lo cierto es que el sector de la construcción muy seguramente se verá abrazado por el fin de la abundancia y tendrá que pensar seriamente en profundizar los giros hacía prácticas que se centren en la innovación, la reducción de los costos, y en disminuir su influencia en la promoción de inversiones suntuosas, más si amigables con el medio ambiente, por lo que tendrá que reconvertirse cada vez más en una actividad verde con un reenfoque más centrado en una finalidad social más allá del solo lucro.

Fuente: freepik.es

 

Referencias