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Urbanización en la ciudad de Shangai (Shangai, China)
Fuente: Fortune.com
La inexorable modernización de manera creciente está imponiendo la uniformidad de las ciudades.

En 2002, el reconocido arquitecto y teórico del urbanismo Rem Koolhaas (Rotterdam, 1944) publicó el libro «La Ciudad Genérica» seguido del otro también destacado «El Espacio Basura», con lo que completa la serie central de planteamientos teórico-conceptuales, al igual que sus reflexiones en torno al urbanismo de ahora y del futuro, y la ciudad que imagina en perspectiva.

En la actualidad el holandés Koolhaas es simultáneamente el director de OMA -un despacho internacional en arquitectura, urbanismo y análisis cultural- y de AMO -organización centrada en cuestiones sociales, económicas y tecnológicas-, alternando con ello su rol de profesor en la Universidad de Harvard, en la que dirige proyectos de estudios sobre urbanismo.

Este emérito arquitecto -galardonado con los premios Pritzker de Arquitectura, el Mies van der Rohe y la medalla de Oro Thinking Heads de la Asociación de Arquitectos del Reino Unido- se atrevió a afirmar que «La arquitectura es una peligrosa mezcla de poder e impotencia» queriendo significar que…

«La incoherencia, o más bien la casualidad, es lo que sustenta la carrera de todos los arquitectos. Se enfrentan con peticiones arbitrarias, con parámetros que no establecen ellos, en países que apenas conocen, sobre temas de los que son vagamente conscientes, y de ellos se espera que resuelvan problemas que se han demostrado irresolubles para cerebros mucho más capacitados. La arquitectura por definición es una aventura caótica» (Rem Koolhaas).

Clásico suburbio estadounidense en la película «Suburbicon» (2017)

Fuente: californiaherps.com

 

A propósito de la talla de Koolhaas, Aguirre afirma que «es fácil entender porque el arquitecto holandés se ha convertido en una de las figuras más destacadas del panorama cultural contemporáneo» (Aguirre Such, 2009), y agrega que «su trabajo ha traspasado los límites de la pura disciplina arquitectónica». Anota que sus libros -como el seminal Delirio de Nueva York, la compilación de proyectos de OMA recogida en S, M, L, XL; su participación en Mutaciones, la revista Wired, la serie Conversaciones con estudiantes-, «se han convertido en referencias básicas para comprender los fenómenos que configuran la realidad urbana (metropolitana) actual y, por ende, los procesos que rigen el devenir del mundo contemporáneo».

Aguirre no deja de resaltar que el pedestal que se ha ganado este arquitecto no ha sido por casualidad, al señalar que «en sus escritos Rem Koolhaas ha mostrado una preclaridad profética a la hora de identificar los «problemas» que han ido surgiendo en la ciudad a raíz de su instauración en la post-modernidad. Estudios que entienden la ciudad como un fenómeno global, un escaparate de sucesos que se repiten con acuciante similitud en todo el mundo». No hay duda de que los escritos de Koolhaas son todo un aporte profundo a la crítica urbanística del nuevo milenio.

Para Aguirre, en la actualidad la ciudad ha pasado a ser uno de los temas de investigación más recurrentes, pero su estudio ha venido traspasando el ámbito de las disciplinas de la construcción para demandar casi que de manera indefectible el interés de otras disciplinas. Al respecto precisa que «Filósofos, antropólogos o sociólogos han desbancado a los historiadores del arte, la arquitectura y el urbanismo, por no decir arquitectos, quienes tradicionalmente eran los únicos profesionales con potestad para tratar estas cuestiones».

Pero según Koolhaas ¿Qué es la Ciudad Genérica y qué es El Espacio Basura? Pues bien, vamos a desarrollar estos conceptos uno a uno.

La Ciudad Genérica

En el escrito respectivo -publicado en 2005- Koolhaas realiza una descripción pormenorizada de un nuevo territorio urbano que se deriva de la explosión demográfica producida a lo largo del siglo pasado. Según Aguirre, estas circunstancias han propiciado un crecimiento exponencial de las concentraciones urbanas así como la aparición de nuevos fenómenos que han transformado la urbe y las relaciones entre sus habitantes. Agrega que las consecuencias de esta transformación de las ciudades y de los nuevos territorios urbanos que se están conformando es de lo que trata el libro.

En el centro de las preocupaciones de Koolhaas que se expresan en su escrito, está entonces el asunto de la explosión de las ciudades que se ha convertido en un fenómeno a escala global: Algo así como una «especie de infección cuyo origen se remonta a los suburbs norteamericanos y que encuentran en Asia su más acuciante proyección» (negrilla fuera de texto), anota Aguirre, y agrega el mismo que, se trata de «Un proceso de homogenización anodino que se ha insertado hasta el tuétano en la conciencia de los ciudadanos, quienes exasperadamente buscan la evasión en ese terreno baldío que se llama periferia».

Suburbio privado de Carpenter’s Run en 1990 (California, Estados Unidos)

Fuente: elpais.com

 

Originalmente la tesis central sugerida en el libro se encuentra así…

«La Ciudad Genérica es la ciudad liberada de la cautividad del centro, del corsé de la identidad. […] Es “superficial”: al igual que un estudio de Hollywood, puede producir una nueva identidad cada lunes por la mañana. (Página 12)».

Esta sentencia se traduce en la concepción de la instantaneidad de la ciudad moderna o la ciudad instantánea, esa que puede desmontarse y que es de paso, no solo para los ciudadanos cosmopolitas sino que también para las mismas estructuras constructivas. Es el parangón de la ciudad aeropuerto, el lugar de paso de todas las latitudes, nacionalidades, razas, culturas, concepciones, religiones que por momentos puede cubrir todas las necesidades, con todos los servicios requeridos por los transeúntes que por allí pasan por la eventualidad que impone la modernidad.

Koolhaas cuestiona fuertemente las ciudades que aún se resisten a la posmodernidad, y siguen siendo fuertemente centralizadas, que renuncian a su identidad y en consecuencia, a mantener los valores que prevalecen en los monumentos históricos y culturales, es decir, la tradición.

Él avizora la ciudad genérica como aquella sin centro, es decir descentralizada, en la que la periferia recobra una relevancia determinante, sin historia y sin identidad. En ella incluso las construcciones tradicionales y del pasado si bien pueden conservarse, adecuarse, acondicionarse, cambiar de rol, para atender a las necesidades de la nueva sociedad, también pueden desaparecer.

Advierte Aguirre que no obstante, la ciudad genérica más que representar una amenaza para los arquitectos se presenta como un cúmulo de oportunidades y no como el apocalipsis urbano. Y Agrega que «Es una realidad que requiere de nuevas herramientas y mecanismos para actuar en ella, un nuevo comienzo sobre el que conviene actuar de inmediato. No todo está perdido. De hecho hay un mundo de posibilidades por descubrir».

Ciudad generada por computador

Fuente: turbosquid.com

 

Por su parte Saucedo, considera que efectivamente las ciudades actuales «se han convertido en ciudades genéricas, que como aeropuertos contemporáneos, son todas iguales, pero que han adquirido en su conjunto una identidad como aldea global» (Saucedo Carmona, 2019). En la concepción de Koolhaas, por el avasallador y acelerado ritmo de la pos-modernización, las ciudades estarían condenadas a desprenderse de todo aquello que se interponga al tráfico y tránsito dinámico de los ciudadanos cosmopolitas que por efectos de la modernización -internet, telefonía celular, globalización y transnacionalización, cambio climático-, hoy exige tener un hub-aeropuerto, sistemas de transporte público masivos y troncal, plantas de tratamiento de residuos y vertimientos contaminantes, aerogeneradores, energía fotovoltaica, en fin toda una infraestructura que no solo cambia la forma de las ciudades sino que su utilidad y funcionalidad, y ha de conducir a tener mayor libertad y capacidad de maniobra. Hoy se puede estar en Bogotá y mañana en Bangkok. La ciudad genérica es la ciudad del consumo y para el consumidor, algo similar a la ciudad Centro Comercial como el eje del consumismo y sinónimo del nuevo escenario para el desarrollo de las relaciones sociales, tal como lo problematiza José Saramago en su «Caverna».

Espacio Basura

Se dice que Koolhaas escribió este pequeñito libro mientras esperaba un vuelo en el aeropuerto internacional de Logan en Boston, USA, y pese a ello, se convirtió en una de las críticas más acérrimas respecto de la arquitectura que es un Espacio Basura, que viene a ser lo queda de la arquitectura contemporánea. En él, en una de sus primeras notas estampa una de sus frases más lapidarias al afirmar que «Nosotros -refiriéndose al momento actual de la modernización- hemos construido más que todas las civilizaciones juntas, sin embargo no vamos a ser recordados a la misma escala, porque nosotros lamentablemente no construimos pirámides» (Represas, 2019) (paréntesis fuera de texto), y lo que queda de la arquitectura en el espacio vacío «son los contenedores que vemos como portadores de marcas, de logos, de una vida de consumo», es decir, la sobre-modernidad a la que se refería el filósofo y antropólogo francés Marc Augé en su producción el no-lugar, para quién éste se trata de «aquellos lugares de transitoriedad que no tienen suficiente importancia para ser considerados como “lugares”».

Centro Santa Fé (Ciudad de México, Mexico)

Fuente: arquine.com

 

Según Represas, Koolhaas no pretende que el escrito sea una teoría, más si una crítica a la deshumanización de la arquitectura contemporánea porque hemos hecho a un lado lo que es realmente importante de esta disciplina, lo que indica que estamos haciendo arquitectura por la arquitectura cuya consecuencia es la conversión de la vida pública al espacio urbano, que no es otra cosa que trasladar la relevancia del espacio urbano a la urbanidad. El arquitecto ha olvidado al humano en esta interacción arquitectónica. Los libros y las facultades de arquitectura nos han vendido una forma de hacer arquitectura, de ordenar el espacio urbano olvidándonos de lo más importante: la interacción humana donde el humano debería tener una apropiación del espacio urbano.

En conclusión, la Ciudad Genérica y el Espacio Basura para Koolhaas representa el advenimiento premonitorio del nuevo urbanismo promovido por la arquitectura que solo trabaja en función de la misma arquitectura, lo que le hace que se aparte de su esencia fundamentalmente humana. Ello plantea un reto inmenso a la disciplina y actividad en la perspectiva de contribuir a la humanización de la arquitectura y en la concepción de un urbanismo que permita a los ciudadanos una apropiación dignificante del espacio público.

Hogares clonados hasta el infinito en la película «Vivarium» (2019)

Fuente: cinescopia.com

 

Referencias

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