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Un coloso arquitectónico a prueba del tiempo

Hay monumentos arquitectónicos que no se doblegan ante la inclemencia de los tiempos

En varios lugares del mundo aún persisten construcciones antiguas que han sobrevivido con vigorosidad al paso de los años y a diversidad de eventos geofísicos. Una de ellas es la maravilla arquitectónica de la época romana que fue el centro más importante del cristianismo durante casi mil años y aún más impresionante que la Basílica de San Pedro. Se trata de la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla, hoy Estambul, que fue construida por el emperador Justiniano en el siglo VI después de cristo, «por lo que pensaba que era Roma en Constantinopla» (Bravo, 2022).

Esta es una de las más asombrosas basílicas jamás construidas; se hizo sobre las ruinas de una iglesia tras un incendio provocado por la revuelta de Nika en 532 (D.C) y que había sido erigida por el emperador romano Constantino en Estambul. Justiniano hizo que sus arquitectos Isidoro de Mileto y Antemio de Trales le construyeran este edificio como un símbolo emblemático de la arquitectura bizantina.

Santa Sofía o Hagia Sophia (del griego: Άγια Σοφία, «Santa Sabiduría»; en latín: Sancta Sophia o Sancta Sapientia; en turco: Ayasofya), es pues una antigua basílica ortodoxa que luego fue convertida en mezquita, posteriormente en museo, y desde el 1 de agosto de 2020 es nuevamente mezquita.

Klein (2022), resaltando la magnificencia de esta obra apunta que «La grandiosidad de Santa Sofía no se comprende sin tener en cuenta que frente a ella está la gran Mezquita Azul (mezquita del sultán Ameth)». La Mezquita Azul fue construida entre 1609 y 1616 y entre las dos se encuentra la plaza de Sultanahmet.

Interior de la Mezquita Azul
Fuente: pasaporteblog.com

Ventura considera que «la magnífica edificación ha sido reflejo de los profundos cambios en un lugar del mundo que durante más de 2.500 años ha sido el punto de encuentro entre el Este y el Oeste, un punto medio estratégico luchado por algunos de los imperios más poderosos del mundo» (Ventura , 2020). Y agrega que «Santa Sofía encarna la tempestuosa historia de Estambul y, a pesar de tener cicatrices de batalla, se mantiene erguida, contra viento y marea».

Tras la resistencia en pie de esta colosal construcción cabe preguntarse ¿Por qué una construcción como Santa Sofía no se cae después de más de 15 siglos? ¿Cuál es el secreto de su arquitectura e ingeniería? Para desentrañarlo, realicemos una revisión a las características arquitectónicas y de ingeniería de su construcción.

Dos datos curiosos de entrada no pueden dejar de referirse. El primero es que magistralmente los dos arquitectos encargados por Justiniano realizaron la construcción de la obra en 6 años, algo sorprendente si se compara con el casi siglo que les tomó a los obreros medievales construir la Catedral de Notre Dame de París.

El segundo dato es que en la parte superior del arco que marca la entrada al vestíbulo de la basílica se encuentra un mosaico en el que se ve a la virgen María en el centro y a los lados a Constantino y Justiniano, el uno haciéndole entrega de la ciudad y el otro de la basílica.

Mosaico en el arco superior del vestíbulo de Santa Sofía
Fuente: youtube.com – Cortesía Manuel Bravo

Para Bravo esta es de cierta manera como las primeras basílicas cristianas puesto que cuenta con un patio, tiene un eje, un ábside, una nave central con naves laterales, que es exactamente lo que se esperaría que tuviera una basílica. Agrega que al mismo tiempo está claramente centralizada, cuenta con una enorme cúpula que se expande linealmente de modo que se lee como una nave central si se le concibe como una basílica y si se concibe como una cúpula se lee como una planta centralizada.

Distribución de los espacios y las fuerzas en la Basílica Santa Sofía
Fuente: youtube.com – Cortesía Manuel Bravo

La construcción de este edificio incorpora un nuevo elemento estructural conocido como pechina que es cada uno de los triángulos esféricos que sostienen la cúpula, lo que permite simultáneamente tener la idea de espacio central con cúpula y la idea espacial lineal. Las pechinas son un elemento que sirve para colocar una cúpula redonda sobre una base cuadrada, con las que se transfiere el peso del círculo en la parte inferior de la cúpula a cuatro puntos, convirtiendo la estructura de esférica a cuadrada, anota Ventura. Y agrega que de ahí, cuatro columnas llevan toda la carga hasta el suelo.

Fuente: bbc.com

Fue una revolucionaria solución al construir cuatro columnas masivas en cada esquina del cuadro y en la parte superior de las columnas, construir cuatro arcos, llenando los espacios entre los arcos con mampostería para crear formas triangulares curvas que se combinan con la parte superior de los arcos para formar una base fuerte para la cúpula. Además se usaron materiales más ligeros por lo que se decía que eran tan delgados que con los cientos de velas encendidas en el interior, la cúpula de Santa Sofía resplandecía en el cielo nocturno, reseña Ventura.

Vistas interiores de la Basílica Santa sofía
Fuente: youtube.com – Cortesía Manuel Bravo

Parafraseando a Victoria Hammond en su libro «Visiones del cielo», la misma resalta que «de día, la luz del sol colándose por las ventanas, inundando el interior e irradiando sus mosaicos dorados, parece disolver la solidez de las paredes y crear un ambiente de misterio inefable»

La cúpula de 33 mts de diámetro era la más alta del mundo elevándose 55 metros desde el suelo. Está hecha con 40 nervios y 40 ventanas en su base, creando la sensación de que está flotando.

Las dos medias cúpulas grandes que están a los lados de la principal le ayudaron a soportar los terremotos del año 558 al expandir el espacio y al actuar como refuerzo. Al paso de los años se fueron agregando una serie de contrafuertes a su alrededor para mantener todo junto, complementa Ventura. Por ello sus cimientos y soportes se hicieron muy fuertes. En lugar de tener muros masivos que refuerzan el empuje lateral como en el Panteón, aquí se tienen cúpulas que soportan el empuje, por las cuales las cargas van bajando, anota Bravo. Agrega que se complementa con la doble capa que funcionalmente es la nave lateral de la basílica, se convierte en un vacío habitable en medio del muro, por lo que estas abovedadas aquí se vuelven autoportantes y la geometría del arco se convierte en algo que funciona como una especie de estructura compuesta para reforzar el empuje lateral.

Vista interior de la Basílica Santa Sofía
Fuente: youtube.com – Cortesía Manuel Bravo
Vista interior de la Basílica Santa Sofía
Fuente: youtube.com – Cortesía Manuel Bravo
Vista interior de la Basílica Santa Sofía
Fuente: youtube.com – Cortesía Manuel Bravo

Estas decisiones en diseño e ingeniería, fueron las que le dieron la fortaleza a esta mega obra y son las responsables de que la edificación haya soportado casi que de forma incólume el paso de los años y la embestida de diversos fenómenos naturales y humanos como los terremotos y las invasiones que otros pueblos pretendieron e hicieron contra Constantinopla, cuando por esta construcción, adquirió un auge descomunal que la llevó a convertirse en un botín sumamente apetecido, provocando a su vez más de una guerra por apropiarse de ella.

Vista interior de la Basílica Santa Sofía
Fuente: youtube.com – Cortesía Manuel Bravo

Referencias

Por: Jorge Iván Campos

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