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Sostenibilidad Urbana: El caso de Medellín, Colombia

«Cuando el calentamiento social es tan peligroso como el calentamiento ambiental». Gustavo Restrepo

Situada en el centro del Valle de Aburrá, en la cordillera central y atravesada por el Rio Medellín, la capital del Departamento de Antioquia en Colombia es quizás la ciudad más compleja y de mayores contrastes de este país latinoamericano. Conocida como la capital de la «eterna primavera» e impulsada por la cultura ampliamente conocida como «paisa», es sinónimo de empuje, emprendimiento, ingenio, creatividad, sagacidad, arrojo y negocios.

Es una de las ciudades colombianas que mayores progresos urbanísticos registra y en la que se aprecia exuberancia económica, pero paradójicamente una de las que hasta hace unos pocos años presentaba los más altos índices de contaminación ambiental, pobreza, marginalidad y delincuencia del país. En las últimas cuatro décadas se convirtió en el epicentro de operaciones de grupos criminales asociados al narcotráfico y desde la que se impulsó más determinantemente el fenómeno conocido como el paramilitarismo que contribuyó a la degradación del conflicto político y de la violencia criminal en la región antioqueña, circundantes, y en general en Colombia.  

Pero también es la ciudad colombiana que proporcionalmente registra el mayor desarrollo empresarial, educativo, científico y tecnológico en muchas disciplinas, entre ellas las deportivas en las que recurrentemente destaca con apreciables fortalezas. Una de sus manifestaciones de progreso ha sido la forma vigorosa como a lo largo del presente siglo ha respondido a las necesidades de servicios públicos para la comunidad que en los de acueducto, aseso y alcantarillado hoy su cobertura promedio alcanza el 109% en los estratos socioeconómicos del uno al cuatro (Alcaldía de Medellín, 2021).

Según EcuRed (2022), «las instituciones públicas que ofrecen los servicios de suministro de agua potable, alcantarillado, telefonía, disposición de basuras y provisión de vías públicas, se han convertido en modelo de organización en el ámbito nacional y aún internacional. Su capacidad de servicios, su estructura educativa, la forma de manejar su entorno científico y cultural, la han convertido en una ciudad técnica e indudablemente en un centro urbano que ha crecido al impulso de la industrialización, para convertirse en una metrópoli».

El reconocido y uno de los principales artífices del cambio urbano en Medellín, en la conferencia TEDx Talks que dictara en 2013, el arquitecto-urbanista Gustavo Restrepo, abrió afirmando…

 «Yo vengo de un continente que tiene 600 millones de habitantes. Desafortunadamente el 47% de ellos es pobre; yo prefiero decir que es humilde, porque es por falta de oportunidades. Yo vengo de un país que está montado en la mitad de los Andes. Es mitad pacífico y ustedes me dirán que la otra mitad es caribe, claro no violento. Por supuesto vengo de un lugar en el que desafortunadamente el calentamiento económico ha generado crisis; es por supuesto también, el calentamiento global lo que desafortunadamente ha inundado a mi país. Y creo que lo más complejo que hay es el calentamiento social, por supuesto al que muy pocas veces le ponemos atención» (Restrepo, 2013).

Con este abrebocas introduce su conversación acerca de lo que sería el eje central de su reflexión centrada en su amada Medellín, para expresar que «Vengo de una ciudad que está montada en las montañas de los Andes. Vengo de una ciudad que se llama Medellín, que está a 1.520 mts de altura, en el rio, y llega hasta los 2.450 mts de altura. 1520 mts de altura que fue bordeado de personas y en muy poco tiempo se coronó aquello que nosotros llamamos la pequeña tasa de plata».

Enseguida reflexiona acerca de cómo esta ciudad creció en 92 años. «De cómo en 92 años pasó de tener 91 mil habitantes a tener 2 millones 600 mil» (Según el DANE en 2013 realmente su población era cerca a los 2.400 mil habitantes y según Medellín Cómo Vamos a 2020 su población era de 2.533.424 habitantes). En la contextualización precisó que la ciudad creció desbordadamente hasta lo más alto de las montañas. Reseña que todo ese cinturón fue copado por gente que venía de la guerra -desde 70 años atrás-. Anota que esto por supuesto y desafortunadamente pavimentó las montañas: primero la parte planificada; posteriormente el narcotráfico en lo que llevamos 30 años de esta tragedia.

Calle Ayacucho en 1903 (Medellín, Colombia)
Fuente: www.centrodemedellin.co

Agrega que este fenómeno provocó oleadas de personas que invadieron el territorio, haciendo crecer y crecer las montañas hasta la parte más alta con la gente que venía de la parte rural sin ningún control. Metafóricamente describe la pintoresca y picaresca idiosincrasia latina que finalmente se reflejaría en el desarrollo urbano que se fue dando, para lo que dijo «somos latinos y por lo tanto nos gusta el aguardiente, la fiesta, la calles, jugamos banquitas en la calle, y en esas calles muy faldudas perseguimos los balones; los niños aprenden a montar en bicicleta de para abajo…», desafiando la gravedad.

En la misma dirección afirma que la ciudad fue haciéndose hacia las montañas, construyendo casas sobre casas y sus calles se fueron haciendo empinadas dando la impresión de llegar hasta el cielo. Anota que fue llegando gente del Chocó huyendo de las violencias y allí tuvieron a sus hijos pero infortunadamente por ser afros la ciudad los sentía lejanos y extraños. Relata el suceso de las 500 casas que fueron quemadas y que dejó a 600 familias fuera de lugar mientras que los niños seguían allí como si nada. Al respecto acota que «600 mil niños, niñas y jóvenes fueron desplazados habiendo quedado a la espera de que el Estado les ofreciera una oportunidad, pero no había colegios de calidad, y muchos de ellos desafortunadamente tomaron la opción de la ‘violencia en grupo’».

Enseguida relata que los helicópteros artillados en la comuna 13 dispararon en 1998 generando repudio y dolor. Una bomba puesta en una paloma de Pablo Escobar estalló un domingo y con ella mataron a 16 niños y 7 adultos, subrayando que «…por fortuna ahí comenzó la conciencia. Ese día nació la esperanza».

Apunta que el índice de homicidios pasó de 281 en 1991 a 26 homicidios en el 2007, y que sobre eso es lo que se debe hablar. Y anota que «Ser creativos y tener por supuesto la experiencia que significa la curiosidad, nos ha permitido soñar».

En medio de todo este contexto que determinantemente ha marcado el discurrir de Medellín desde décadas atrás, introduce el tema de las políticas públicas y su incidencia en el desarrollo de las urbes y de las condiciones de vida de las personas y comunidades. Al respecto plantea que entiende las políticas públicas como el producto de la interacción de tres factores, que como en un triángulo, se encuentran en un vértice: medio ambiente-territorio, sociedad-ciudadano, gobierno-economía, que son las tres conexiones que establecen un equilibrio holístico y sistémico en las ciudades y en general de la sociedad. De ser así la génesis de dichas políticas, entonces surge el «Urbanismo Sustentable».

Asegura que una política de continuidad permite que una ciudad crezca hoy y en 10 años continuos, sin que ello implique necesariamente políticos de la misma generación o de la misma orientación y filiación político-electoral. Agrega textualmente que «esto significa que una ciudad pueda soñar, tener esperanza. También tiene que ver mucho con trabajar desde la cultura para la cultura; tiene mucho que ver que el ejemplo de educar». Reseña que habría que entender que en ese momento lo que estaba pasando en Medellín era muy complejo, era tan complejo que se llegó a tener una deuda social acumulada de casi cincuenta años y además se padecía una violencia con raíces profundas.

Complementa diciendo que todo esto se resuelve y tenía que hacerse con dinero. Y afirma «yo creo que los impuestos que pagamos tienen mucha relación con la calidad de servicios que tenemos, pero había que devolverle casi al 70% de la población que ni había recibido muchas cosas y oportunidades». Y exclama, «allí comenzó todo: el manejo correcto de los dineros, lo que significa que los dineros -públicos- son sagrados, permitió hacer lo que vamos a ver».

Inversión en desarrollo urbano en Medellín 2003-2015
Fuente: youtube.com – Cortesía TEDx Talks (con intervención particular)

Restrepo considera que logar un Urbanismo Sustentable demanda un cambio de paradigma en la toma de decisiones públicas, cuestionando al tradicional al que describe como un proceso discrecional y unidireccional agenciado por burócratas públicos y técnicos atentos, y lo califica como un círculo cerrado. Frente a ese paradigma contrapone uno que deje de ser circular y se vuelva triangular en una de cuyas puntas esté la ciudadanía que propone, participa y sueña para que entre todos se construya una ciudad más humana e incluyente.

Esquema ideal de proceso de toma de decisiones públicas para el desarrollo urbano
Fuente: youtube.com – Cortesía TEDx Talks (con intervención particular)

Ese fue el modelo que en su momento adoptó la ciudad sobre la base de un proceso de planeación para no improvisar. Agrega que se hicieron diagnósticos, formulaciones y unas etapas muy precisas que permitieron contar con un modelo para construir su futuro.

Sostenibilidad urbana: Gustavo Restrepo at TEDxCórdoba
Fuente: youtube.com – Cortesía TEDx Talks

Y continúa diciendo que se optó también por un proceso racional de asignación de recursos con base en esos diagnósticos, priorizando su localización en aquellas zonas o sectores donde se encontraban las personas con menos recursos y donde estaba la mayor concentración de niños y adultos.

Fuente: es.slideshare.net

Reseña que en ese momento comenzaron a entender el tema de los homicidios y de la violencia intrafamiliar como un factor determinante a considerar en la nueva planeación del desarrollo urbano de la ciudad. Y refiere que de esta manera también entendieron que los recursos había que hacerlos llegar a donde la gente los pedía.

Entonces empezaron a recorrer las calles, a recorrer los muros, a proyectar, y no desde las oficinas que normalmente es como se hacía. También entendieron que para hacer urbanismo la ciudad tiene unos clientes y que de ellos está llena la ciudad. Comenzaron a trabajar con los niños, luego con los jóvenes, y también con los adultos mayores: lo hicieron desde sus casas y no desde los laboratorios ni desde de las oficinas de los diseñadores y los arquitectos.

Tenían claro que todo este proceso no se desarrollaría de la noche a la mañana y entonces comenzaron a realizar un trabajo de sensibilización con la población para que aprendiera a ser paciente. Las grandes obras que empezaron a priorizarse fueron las asociadas al sistema de transporte: el metro, el metro cable, el BRT, para articular los otros proyectos que servían a la gran mayoría de los ciudadanos. Se definieron algunas reglas urbanísticas como no hacer edificios demasiado grandes en todas partes y se inició todo un proceso de articulación de las bibliotecas para llevar la cultura a la gente,

Y en cuanto a la movilidad, se tomaron medidas para descongestionar el tráfico en el centro y desestimular el uso del carro particular. Entendieron que el carro no compraba, que compraban las personas, y por eso se liberó el centro de varios carros para que la gente pudiera caminar más tranquila.

Finalmente anota que después de un tiempo la gente empezó a salir a la calle. «Medellín pasó del miedo a la esperanza», apunta, y complementa: «… allí comenzó un sueño de futuro, donde había mucha gente, y pocos carros; habían muchas vías y poco espacio público, y lo volvimos así. Empezamos a entender que la gente se movía, que necesitaba llegar a su trabajo y empezamos a generar espacio público de calidad».

Parque de los Deseos (Medellín, Colombia)
Fuente: www.elcolombiano.com
Parque de los Deseos (Medellín, Colombia)
Fuente: www.urbanosmx.com
Parque Biblioteca España en el barrio Santo Domingo (Medellín, Colombia)
Fuente: es.pinterest.com

En conclusión, se tiene que Medellín desde finales de la década de 2000 y comienzos de la de 2010, comenzó a implementar un modelo de desarrollo urbano que se salió de los cánones tradicionales. Un modelo que entendió que la crisis social debe ser el punto de partida del nuevo urbanismo y que soñar la ciudad del futuro debe ser un asunto que se construye con la ciudadanía y las comunidades, y fuera de las oficinas, con menos técnicos y más población.

De otro lado, que solo cuando se tratan los recursos públicos como sagrados es posible contar con la cantidad suficientes para focalizarlos en el desarrollo y construcción de las obras de calidad y con oportunidad que requiere la gente, allí donde están las más necesitadas. Finalmente, que la construcción de espacio público de manera masificada y de calidad hace que el disfrute y movilidad en la ciudad sean más humanos y funcionales.

Representación en 3D del proyecto Arena Medellín
Fuente: planetasostenible.co

Referencias

Por: Jorge Iván Campos

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