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Lujo arquitectónico vs. Sobreexplotación Extractivista de Materiales

 

La industria de la construcción tiene mucho que aportar a la ecoestabilidad del planeta, si cambian el origen de sus materiales.

 

Un referente universal que se ha convertido en guía de los procesos de desarrollo integral para la inmensa mayoría de sociedades -pueblos, países, estados- del planeta es el que representa los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) pactados por el conjunto de estados adheridos a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El propósito de los ODS es alcanzar de forma simultánea el crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la conservación del medio ambiente. Para Nadal y Aguayo (2020) la pobreza, la desigualdad y el deterioro ambiental no «caen del cielo». Agrega que «no constituyen simples accidentes o problemas exógenos sin relación con el sistema económico, sino que se encuentra íntimamente relacionados con la naturaleza y dinámica del sistema económico». (Nadal, y otros, 2020).

Diversos estudios señalan que en distintos lugares del planeta se sobrexplotan los materiales naturales que se destinan a la actividad constructora tanto de viviendas como de obras civiles. En el marco de estos objetivos y de las condiciones de degradación del medio ambiente que subyacen en las consideraciones de fondo que condujeron a la formulación de los mismos ¿Cuál es la contribución que al deterioro ambiental hace la arquitectura y la construcción a partir del uso de materiales sobreexplotados? ¿Cuál es el impacto cualitativo del uso de esos materiales en la construcción? ¿Cuáles pueden ser los aportes de la arquitectura para minimizar dichos impactos?

Fuente: radiogenial.cl

 

Arquitectura y Sobreexplotación de Recursos Naturales

En artículo de Aurora Torres publicado por la Revista Science, referido por Ibáñez (2017) dentro del abordaje que realiza en torno a la sobreexplotación de agregados naturales, se lee…

 «La expansión urbanística a escala mundial es la que ejerce mayor presión ya que es un ingrediente clave en materiales de construcción como el hormigón, el asfalto o el cristal, pero también se utiliza en la restauración de costas o en la fracturación hidráulica para la extracción de gas y petróleo» (Ibáñez, 2017).

Agrega Nadal y otro, que las evaluaciones globales sobre el estado del medio ambiente constantemente hacen referencia a los motores o mecanismos que impulsan la degradación ambiental, siendo los más señalados el crecimiento económico y la dinámica poblacional, pero advierten que no es tanto el crecimiento económico generalizado y el crecimiento poblacional lo que más afectan la calidad del medio ambiente, por lo que lanzan una contundente sentencia:

«…la presión más fuerte sobre el medio ambiente y la base de recursos naturales no proviene de las regiones que todavía experimentan tasas de crecimiento demográfico superiores al promedio y que están marcados por mayores niveles de pobreza. Esa presión se encuentra más vinculada al desarrollo de mercados para la población de mayores ingresos en los países desarrollados y los segmentos de altos ingresos en las poblaciones de los países en vía de desarrollo».

Se deduce de este planteamiento que la expansión de los mercados con el fin de satisfacer las necesidades -más suntuosas- de las capas o sectores poblacionales de mayores ingresos tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo, es lo que más consume recursos naturales y degrada el medio ambiente, y en consecuencia quienes menos se benefician de dicha degradación son los sectores poblacionales de menos ingresos pero serían los que más se perjudican por sus efectos.

Y es aquí donde aparece el aporte de la Arquitectura -que cada vez apuesta más por la sofisticación- a dicha degradación por lo que Ruiz (2023) denomina «la problemática fascinación de la arquitectura contemporánea por el resplandor y brillo de los nuevos materiales y las consecuencias de la sobreexplotación del entorno natural para conseguirlos» (Ruiz Tejada, 2023).

Para ilustrar acude al Xholobeni Yards, el montaje realizado por Andrés Jaques -de la Office Political Innovation– producto de la investigación expuesta en la 18ª bienal de Arquitectura de Venecia, cuyo propósito se centra en mostrar la problemática fascinación por la transparencia y el brillo por la que aboga la arquitectura contemporánea y su relación con la sobreexplotación existente en el sur del continente africano.

Fuente: arquitecturayempresa.es

En detalle la exposición pretendió develar lo que Ruiz denomina el contraste entre dos mundos y las consecuencias que se derivan de la explotación y terraformación de lugares con el fin de proporcionar la materia prima para la incorporación de brillo y resplandor en los edificios de las grandes ciudades del mundo, verbigracia el Hudson Yards en Manhattan que se reviste de titanio aplicado a vidrios y fachadas autolimpiables, lo que evidencia las inmutables normas corporativa globales que son hegemónicas en el mundo, tanto del esteticismo como del extractivismo social, material y ecológico.

Se refiere específicamente a la explotación del titanio a expensas de localidades como Xholobeni, una pequeña localidad en la costa este de Sudáfrica donde se puede encontrar y explotar este metal. Afirma Ruiz que al quitar el titanio de la arena esta se vuelve liviana y volátil cubriendo de polvo los lugares aledaños, polvo que afecta la salud de los seres vivos, hace que la agricultura sea inviable, y en últimas obliga a las comunidades y ecosistemas a migrar o morir.

Fuente: arquitecturayempresa.es

Pero la sobreexplotación de recursos naturales no solo apunta a nutrir la sofisticación de la estética sino que también al confort de las viviendas, por lo que los agregados naturales como materiales de construcción también son sometidos a explotación desmesurada y Colombia no es la excepción.

En Colombia, no solo se explotan y consumen anualmente grandes cantidades de toneladas de agregados como arena, grava y gravilla, al igual que otras materias primas para satisfacer la demanda interna para la actividad constructiva tanto de vivienda como de obras civiles, sino que además se exporta principalmente a los Estado Unidos, con el agravante de que estos agregados en gran volumen se extraen como material de rio en muchos casos sin control alguno, impactando severamente los cuerpos de agua y los ecosistemas que los circundan.

El portal económico portafolio.co (2018) para ese entonces tituló uno de sus artículos «Exportaciones de material para la construcción crecerán 5% en 4 años» y en su epígrafe reseñó «Colombia se convertirá en los próximos años en el líder de la región en las exportaciones de materiales para la construcción» (portafolio.com, 2018).

Registró que según datos aportados por la Directora de Procolombia Juliana Villegas -en la XXIII Feria Internacional de Expocamacol- USA es el principal mercado de los productos colombianos con el 40% de lo exportado, seguido por Ecuador con un 13%, Panamá con un 9% y Perú con un 4%.

No es un secreto que en Colombia la inmensa mayoría de esos productos se elaboran con materiales provenientes de recursos naturales no renovables, debido principalmente al bajo desarrollo tecnológico para su producción a base de fuentes renovables.

Fuente: freepik.es

 

Los Aportes de la Arquitectura al Contraste

Si bien es cierto que en países desarrollados y algunos en vía de desarrollo, especialmente los denominados BRIC’s, se han adelantado investigaciones que han conducido a descubrir y establecer nuevas alternativas para la producción de materiales para la construcción a base de fuentes renovables, también lo es que dichos desarrollos aún no se han masificado o se encuentran en fases germinales, algunos de ellos ya abordados en artículos anteriores de este blog, como el hempcrete, el Galvorn, la cerámica flexible, el aerografeno, los nano materiales, los biomateriales o la madera laminada cruzada, etc.

Más sin embargo países como Colombia, en vía de desarrollo, presenta ventajas comparativas entre ellas, la biodiversidad y la variedad de pisos térmicos que le permiten la plantación de cultivos diversos que pueden servir para la generación de materiales eco sostenibles a base de materias primas provenientes de recursos renovables, verbigracia el cáñamo o el bambú o guadua que en el país es una especie endémica.

Se trata de convertir esas ventajas comparativas en ventajas competitivas mediante el desarrollo o adecuación de tecnologías que permitan la transformación de fibras o material vegetal en productos diversos para la construcción conducentes a su producción a gran escala y en el futuro próximo, posibilite sustituir las exportaciones de materiales para la construcción a base de materiales renovables por productos a base de materias primas provenientes de recursos naturales renovables.

Fuente: madrimasd.org

Pues bien, sin duda alguna distintas regiones del planeta hoy se encuentran amenazadas por la sobreexplotación de recursos naturales no renovables para alimentar la industria de la construcción, con todos los efectos nocivos evidentes que desde hace ya décadas se hacen sentir en el planeta.

Los avances científicos y tecnológicos hasta ahora desarrollados, aún no concluyentes y no masificados, se constituyen en una luz de esperanza apreciable, pero se hace necesario profundizar en ello para que se materialice un aporte importante a la contención del cambio climático y se cumpla a su vez la función social de proveer de hábitat y de las infraestructuras necesarias para el desarrollo de las diversas actividades sociales y económicas necesarias.

Es preferible aumentar las plantaciones -que entre otras cosas se convierten en un gran colchón para neutralizar los gases efecto invernadero- para transformarlas en materiales constructivos, que socavar los cimientos de la tierra y de los cuerpos de agua que lo único que genera es degradación del medio ambiente, con las consecuencias que causan de migraciones o muerte de seres vivos y agentes bióticos.

Fuente: revistaenfoque.com.co

 


Referencias

Por: Jorge Iván Campos

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