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Pensar en el futuro con la pretensión de encontrar soluciones a las necesidades y problemas que se le van presentando a la humanidad y al planeta, ha sido una búsqueda incesante del hombre. De ahí que usando su infinita capacidad de abstracción y creatividad, en diferentes épocas, hombres y mujeres se han dado a la tarea de inventar artefactos, técnicas y materiales que posibiliten conseguir tal propósito.

Y uno de esos asuntos en los que se ha ocupado la capacidad creativa del hombre es el de la decoración de espacios habitables, técnicamente conocida como decoración de interiores. Y como bien lo anota Cortinaspraga.com (2024), esta rama arquitectónica es «una forma de expresión personal que nos permite transformar nuestros espacios en lugares únicos y acogedores».

Dentro de esta rama, una tendencia que emergió, no hoy y mucho menos ayer, es el de la decoración de paredes, muros e incluso cielo rasos de las construcciones con papel pintado geométrico, también conocido como papel tapiz o papel de colgadura.

En efecto esta tendencia no es nueva y en cambio tiene una historia que abarca miles de años. Según el mismo portal, se cree que los primeros registros de su uso se remontan a la antigua China, donde se utilizaba papel de arroz pintado a mano para decorar las paredes tanto de los edificios gubernamentales como los comerciales, pero con el tiempo la técnica se expandió a otras partes del mundo como Persia y Europa, siendo que a ésta última llegó hacía el siglo XXVII gracias al comercio que se mantenía con aquella otra parte del mundo.

Durante el Renacimiento, el papel tapiz se convirtió en toda una moda de decoración de interiores en Europa. Por esa época, los diseños eran elaborados y detallados con motivos florales, escenas pastorales y elementos arquitectónicos. Sin embargo, por ser su proceso de elaboración laborioso y costoso, el acceso a dicha técnica término siendo asequible solo a la nobleza y la burguesía del momento.

Pero con la llegada de la Revolución Industrial en el siglo XVIII el boom de esta tendencia hizo explosión, en tanto que su producción mecanizada y en masa contribuyó a la reducción de su costo, lo que permitió que fuese asequible a una mayor población y se popularizara. Al ponerse al alcance de un público más amplio, su acogida fue cuestión de tiempo para convertirse en la mejor opción para los amantes de la decoración de interiores.

Durante el siglo XX su demanda se hizo masiva. A comienzos de éste, proliferaban los motivos sencillos, habitualmente florales. Entre 1930 y 1940 evolucionaron hacia dibujos geométricos, y finalmente entre los años 1960 y 1970, se ofrecieron en una gran variedad de diseños y colores. Pero a partir de la década del 70 entró en una especie de decadencia o standby.

Fuente: arquitecturaydiseno.es – Cortesía Cordonné (con intervención particular)

 

El regreso del papel tapiz

Sin duda cuando se trataba de transformar radicalmente la apariencia de un espacio sin cambiar el mobiliario y los elementos decorativos, el papel de colgadura o tapiz resultó ser una de las opciones más prácticas y ventajosas, una percepción aún vigente.

Hoy esta opción cobra nuevamente protagonismo, por ser un recurso estético eficaz para renovar el estilo decorativo de forma sencilla y económica. Y es que su aplicación no solo se limita a las paredes, sino que puede utilizarse en escaleras, muros, puertas e incluso techos, innovando cualquier área en la que se desee un cambio realmente original y notorio, como lo anota Auros.com.co (2024).

Y unas actoras determinantes de este renacer de la decoración con papel tapiz, son un par de abuelitas con su novedosa propuesta de diseños muy atrevidos, que logran mezclando el estilo «vintage» con el actual.

Recordemos que si bien el estilo vintage tiene un origen indeterminado, originalmente el término se usó para describir la ropa que tiene entre 20 y 100 años de antigüedad, y en relación con la decoración, es un estilo que pretende recuperar elementos antiguos, como muebles, espejos, baúles y otros elementos decorativos que se usaron en tiempos remotos.

Este estilo en decoración proviene del gusto por revivir estilos y objetos de moda en épocas pasadas y se centra en decorar espacios con objetos conservados durante décadas, para crear espacios renovados inspirados en momentos de antaño. Elegir piezas antiguas y colocarlas armónicamente en un espacio es toda una tarea sui géneris o mejor, todo un arte.

Así que las dos abuelitas al optar por combinar estos dos estilos, se propusieron rescatar piezas elaboradas décadas atrás y mezclarlas cuidadosamente con papel tapiz para crear espacios modernos que evocan otros tiempos.

Reseña Sánchez-Montañez (2024) que cuando ellas eran jóvenes vivieron una época de muchos cambios en la decoración de interiores. Y agrega que entre los años 20 y 30, el art déco llegó a París para transformar la estética modernista que caracterizó las primeras décadas del siglo pasado, mientras que en los 60 el estilo de las casas se transformó incorporando una gran diversidad de formas y tonalidades que marca una antes y un después en el diseño de interiores, debido al constante cambio en las tendencias. Según el mismo, todavía podemos ver representados estos estilos en sus casas, con detalles como, el papel pintado geométrico, que vuelve a estar de moda.

 

Tres ejemplos de decoración con estilo vintage y papel tapiz

Para alguien que quiera que las cosas usuales se conviertan en algo inusual reutilizando, no resulta ser una faena fácil, pero tampoco imposible. Tres ejemplos nos ilustran de lo que es posible.

Mezcla de formas de las abuelas

Y como lo pregona Sánchez-Montañéz, la uniformidad no es para todos. De ahí que, para aquellos cuya preferencia es un estilo variado, pero a la vez geométrico, los papeles de pared que mezclan diferentes piezas y otorgan a ellas un color distinto, son una gran opción para dar dinamismo al espacio.

Este es un de los consejos sabios de las abuelas, que se materializa en los papeles pintados geométricos que se encuentran en la cocina o en el cabecero de sus camas, con el objetivo de separar espacios, y que son lo que están marcando los interiores de los espacios actuales.

Fuente: arquitecturaydiseno.es – Cortesía Auteur & Éditeur

Decoración con muebles Luis XV, heredados

A los actuales propietarios de esta casa, el abuelo les heredó unos muebles de comedor estilo Luis XV, que muy seguramente los herederos en algún momento pensaron desechar por considerarlos fuera de moda y de contexto. Pero no, ellos decidieron rescatarlos y aprovecharlos para provocar una nueva decoración de su hogar realizando una increíble combinación con papel tapiz, que derivó en un ambiente único e inigualable.

En el ambiente destacan el uso de dos colores básicos el donde los muebles vestidos de blanco se funden armónicamente con un piso, un fondo y una alfombra, negros, en simbiosis con un mural de papel tapiz de fondo negro y figuras blancas. El secreto estaba en saber incorporar aquellas piezas antiguas sin que el hogar llegara a parecer un museo de la época colonial.

Fuente: prodecoracion.com

La sala con baúl vintage y tocador republicano

En este caso se tomaron elementos antiguos que originalmente fueron utilizados para un cierto fin y se convirtieron en algo completamente diferente en la decoración de este hogar. Un baúl que se usaba para guardar ropa o cachivaches pasó a decorar la nueva sala como su mesa de centro, mientras que un tocador estilo republicano pasó a ser una mesa auxiliar o un femenino tocador como escritorio, que se combinan con las puertas decoradas con papel tapiz de fondo amarillo de un pequeño closet o una alacena. En escena también entraron dos sillas de diferente estilo, época y materiales, todos juntos creando un ambiente diverso pero armonioso y acogedor.

Fuente: pier1.com

Pues bien, tal como en la entrada anterior, en esta hemos avocado igualmente una nueva propuesta de decoración de interiores que surge de la fusión de dos estilos, verbigracia el vintage y el papel tapiz. Una nueva alternativa que surge de la propuesta de dos abuelas pero ya no con elementos estructurales, sino con elementos adhesivos y móviles como los muebles de antaño.

Sin duda se trata de una propuesta novedosa que rescata objetos o mobiliario del pasado mezclándose con aquella otra tendencia que encontró en el papel tapiz una técnica sencilla, fácil y económica para adornar paredes y otros espacios estructurales de las construcciones para hacerlos más ensoñadores y significativos. En hora buena se presenta esta alternativa sugerida por las abuelas.

 


Referencias