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Pecados y Retos de la Industria de la Construcción

Las más recientes cifras indican que éste sector de la economía en Colombia genera más de 3.4 millones de empleos directos e indirectos (El Espectador 2021), de los cuales el 58% son informales (Riascos 2021), por lo que los trabajadores no gozan de estabilidad laboral y no cuentan con seguridad social y en el trabajo, siendo este último uno de los aspectos que se cuestionan en el actuar de la industria en relación con la gestión de riesgos, en tanto que se da una tendencia generalizada por dar «una atención considerable a los de largo plazo mas no a los tipos que surgen en el trabajo.» (Changali, Mohammad y Nieuwland 2015).

Al margen de este tema esencial, pero no menos importante, ha podido establecerse un dossier de falencias y debilidades de la industria en el presente desde donde deben desatarse alternativas de futuro ante una oleada expansiva a nivel mundial, en tanto que la inversión en proyectos de capital a gran escala está creciendo rápidamente: En 2013, la inversión global en energía, infraestructura, minería y proyectos relacionados con bienes raíces fue de aproximadamente $ 6 billones; para 2030, eso podría ser de $ 13 billones (Changali, et al, 2015).

¿Pero cómo está actuando la industria y que viene para ella frente a esta oleada expansiva? Abordar algunas de esas debilidades más relevantes y perfilar algunos retos pueden ayudar a resolver la cuestión. Unas notas panorámicas dan pistas reveladoras de lo que viene ocurriendo: «La industria no completa los megaproyectos a tiempo, dentro de los presupuestos y según las especificaciones. Se estima que el 98% de los proyectos sufren sobrecostos de más del 30%; el 77% tiene al menos un 40% de retraso.» (Changali, et al, 2015).

Resalta lo de la gestión integral de proyectos, que en su mayoría adolecen de enfoque gerencial y se desarrollan con una tradición de informalidad; se trabaja mucho en la planeación inicial más no en la ejecución del proyecto, lo que con frecuencia «lleva a la improvisación y a la informalidad en el desarrollo de la actividad, que a su vez conduce a incumplimiento de los objetivos y de las expectativas de los clientes finales, gestores y propietarios de los proyectos» (Riascos, 2021).

Se observa la «ausencia de procesos formalizados y organizados que denota un bajo componente científico-técnico que impiden una adecuada toma de decisiones sobre la base de la medición del desempeño, la verificación y la validación» (Riascos, 2021), es una de las razones que mejor explica la debilidad en la administración de los proyectos en el sector.

Prima la postura de la producción a escala sacrificando la productividad, «mientras que en la manufactura, por el contrario, la productividad se ha duplicado y la mejora continua es la norma.» (Changali, et al, 2015). Variadas son las razones que explican este fenómeno: «Mala organización, comunicación inadecuada, gestión del rendimiento deficiente, malentendidos contractuales, conexiones perdidas y mala planificación a largo plazo» (Changali, et al, 2015).

Particularmente en Colombia ha podido identificarse que el sector de la construcción «registra niveles muy bajos de innovación o aprovechamiento de la tecnología, si se le compara con otros sectores productivos, lo que es muy preocupante, ya que los procesos productivos y los mercados evolucionan rápidamente» (Moreno Meza 2021), por lo que se corre el riesgo del rezago competitivo.

Fuente: freepik.es – Cortesía dusanpetkovic

Frente a este panorama a los constructores se les plantean retos inmensos para ser competitivos y cumplir con su finalidad social en el marco de lo que se ha llamado la cuarta “revolución industrial” y el boom de la construcción. Algunas líneas pueden marcar una ruta. Todo comienza con «la fase de concepto y diseño que es donde se puede ganar (o perder) la mayor parte del valor del proyecto» (Changali, et al, 2015), a partir de la aplicación de una serie de principios como los sugeridos por el estudio de McKinsey y otros autores:

Construya solo lo necesario, opte por el diseño de valor basado en la comprensión y minimización de los elementos que aumentan los costos y la solución técnica mínima para entregar solo los requisitos de valor agregado necesarios.

Mantenga una perspectiva del ciclo de vida del proyecto, sea riguroso no sólo en la gestión de la inversión inicial sino también los costos de construcción y operación a lo largo del ciclo de vida, bien sea aplicando métricas como el valor presente neto (VPN), o recurriendo al enfoque de diseño e ingeniería front-end competitivos.

Fortalezca la planeación de escenarios, piense un poco más en los peores escenarios, que es una práctica que le permite desarrollar flexibilidad para enfrentar lo inesperado.

Optimice las limitaciones del sitio, trasladando el diseño de la oficina al sitio que le permita percibir las condiciones reales del mismo como las climáticas, las características del suelo, el terreno, el medio ambiente, etc.

Piense en el diseño modular y estandarización, para que pueda ahorrar costos y tiempo, eso sí considerando caso por caso y teniendo en cuenta las condiciones locales y las últimas tecnologías.

Consulte a los equipos de construcción y adquisiciones desde la fase de diseño, para aprovechar los diferentes conocimientos especializados; grandes ideas surgen de equipos distintos a los de diseño.

Optimice procesos y las opciones de ingeniería, prestando atención a las fases previas a la construcción, así incremente los costos iniciales, al final se verán recompensados. Se trata de mejorar la ingeniería en tiempo y calidad de construcción y de evitar actividades repetidas en la ejecución. Utilice métodos tipo BIM en la fase de diseño, pues con el uso de tecnologías 3D y bases de datos centralizadas puede evitar descoordinaciones y conflictos de diseño.
Incorpore tecnología área, laser y de radar para mejorar la productividad topográfica.

Mejore prácticas en la ejecución de proyectos

  • Invierta más en la planeación, seguimiento y evaluación;
  • Defina el enfoque de contratación y adquisiciones, para cada proyecto de tal forma que minimice los costos, en tanto que las prácticas de un proyecto no funcionan en otro.
  • Utilice métodos de prefabricación y premontaje, como el método de Construcción Modular, que consiste en realizar la construcción bajo techo para luego ser trasladado a la ubicación final, con lo que se logra una considerable reducción de tiempo, que a su vez se traduce en reducción de costos, gasto de energía y desperdicio de materiales. Actualmente la demanda de estas construcciones ha crecido en USA, Canadá y Europa y hoy representa el 80% del mercado mundial(Marti 2017).
  • Adopte métodos como el Lean Construction y Lean Manufacturing, que tienen como objetivo la mejora continua, minimizar las pérdidas y maximizar el valor del producto final, diseñado conjuntamente con el cliente(Progressa Lean 2015). Busque toda oportunidad para reducir inventarios, sobreproducción, reelaboración, transporte y tiempos de espera. Con esto podrá mejorar sustancialmente la productividad.
  • Establezca canales de comunicación, cooperación y trabajo en equipo, aplicando métodos BIM en la fase constructiva, pues con demasiada frecuencia los responsables de la obra en sus diversos niveles tienen visiones diferentes del proyecto o descoordinan sus actividades.

Finalmente, la incorporación de herramientas de planeación, ejecución control de obra desarrolladas con Tecnologías 4.0 le permitirán gestionar la construcción en línea con notables logros en cumplimiento de cronogramas, control preventivo de costos y reducción del esfuerzo administrativo.


Referencias

Por: Jorge Iván Campos

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