(+57) 601 7041757 * (+57) 314 4714426 [email protected]
Fuente: Semana.com
“Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga”
Homero.

Cartagena, Colombia, es la segunda ciudad del mundo -después de la italiana Milán- y la única en Latinoamérica, que ha desarrollado uno de los proyectos más impactantes y admirables por su profundo sentido social. Se trata del más ponderado proceso de resocialización e inclusión desarrollado con las internas de la Cárcel de San Diego, a partir del 2016.

Fue idea de la Fundación Acción Interna, que desde 2012 promueve programas de resocialización de personas que por haber cometido un error en sus vidas, terminaron condenadas a pena privativa de la libertad en establecimiento carcelario. Su objetivo es trabajar por mejorar la calidad de vida de la población carcelaria y pospenada de Colombia.

En Cartagena decidió intervenir en la Cárcel de Mujeres San Diego ubicada en pleno centro histórico de la ciudad, cerca al reconocido Hotel Santa Clara, convocando a distintos actores públicos y privados para adelantar todo un proceso de lo que se llamó “Gestión de Segundas Oportunidades”. Un ejemplo admirable de reinserción social, un ejemplo de reconciliación y resocialización, y un escenario permanentemente para demostrar cómo los errores se pueden convertir en oportunidades.

Materialmente se trató de una acción combinada de renovación humana, arquitectónica, y productiva. El proceso por supuesto inició con las acciones previas para formalizarlo, y enseguida continuó con un conjunto de actividades de capacitación integral a las 30 internas en diferentes aspectos: Restablecimiento arquitectónico no estructural, arte, pintura y decoración, gastronomía y cocina, protocolo, etiqueta y atención al cliente, ingeniería industrial, emprendimiento, etc.

Isabel Cristina Bolaño, una de las reclusas más representativas, que se advierte culta, bien hablada y expresándose con mucho sentimiento y sinceridad, en entrevista que le hicieran en el 2018, refiriéndose a todo este proceso y a la materialización de este proyecto, de entrada dijo: “Este es un sitio donde llegamos unas personas que cometimos un error en nuestras vidas, que nos trajeron para acá, para precisamente volver a la sociedad en mejores condiciones; el Estado pues nunca nos dio esa oportunidad, pero a través de la Fundación Acción Interna tenemos esa oportunidad. Es una escuela-taller donde se aprende y se empieza un proceso de resocialización”. (Ferapa, 2021). (Extracto transcrito de video).

Las internas, con el acompañamiento de un arquitecto y un pintor, previa capacitación, desarrollaron la labor total de restaurar y redecorar físicamente los espacios del reclusorio que luego compondrían el complejo de lo que sería un restaurante, conformado por la cocina, la zona de mesas y las zonas accesorias propias de un establecimiento de esta naturaleza.

Fuente: elpais.com.co

Estos espacios físicos de la construcción pasaron de ser casi que una ruina a unos espacios coloridos, amenos, acogedores, pero a la vez sobrios, funcionales e higiénicos, es decir, crearon un nuevo ambiente sumamente atractivo, a la vez que se rehabilitaron para servir a una actividad productiva que ellas mismas irían a agenciar y operar.

Fuente: cocinayvino.com

Isabel, refiriéndose a este momento del proceso, manifestó: “Este sitio feo, oscuro, tenebroso, en ruinas, se transformó en un espacio, limpio, bien iluminado, con unos murales preciosos, y lo hicimos nosotras mismas guiadas por pintores y gente que sabe de pintura, que nos enseñó técnica”. (Ferapa, 2021). (Extracto transcrito de video).

Luego pasaron por el proceso de capacitación en culinaria y cocina, y para organizar los menús, estuvieron asesoradas por los reconocidos chefs Harry Sasson y el español Koldo Miranda, quienes les dieron consejos sobre platos a incluir en la carta.

Fuente: aa.com.tr

Los menús son diversos, van desde ejecutivos hasta platos a la carta tanto de la cocina criolla como internacional, aunque su fuerte son los platos ejecutivos criollos, resaltando los típicos cartageneros como el ceviche en leche de coco y la posta cartagenera.

Fuente: voydeviaje.com.ar

Luego pasaron por la capacitación en servicio de mesas, protocolo, etiqueta y atención al cliente, en lo que concurrieron especialistas en cada uno de los temas a dictar en las clases y talleres de formación para las internas y que fueran ellas mismas las que atendieran a la clientela del restaurante -que denominaron “Interno” y que ya es una marca registrada-, con el propósito de que llegasen a causar la mejor impresión y se convirtiesen en un hito impactante y atractivo para nacionales y extranjeros, dado el carácter turístico de la ciudad y su ubicación en pleno centro histórico de la misma.

Un Ingeniero Industrial contactado por la fundación las asesoró en el diseño y montaje de la cocina y de los procesos de producción, al igual que para la planeación de los requerimientos de equipos, instrumentos y herramientas de trabajo, con la asesoría conjunta de los especialistas en cocina.

Los precios de los platos podrían no ser asequibles a todo tipo de público, pero lo cierto es que el dinero que produce el Restaurante Interno se destina todo para financiar los distintos programas que tienen en los talleres y los distintos programas de la fundación cuyo objetivo es cubrir las necesidades básicas de los reclusos y para asegurar su reinserción en la vida social y la sociedad civil.

Fuente: oglobo.globo.com

El Restaurante abrió el 15 de diciembre de 2016, con sesenta sillas y hasta el 2018 había recibido a ocho mil visitantes que disfrutaron de los distintos platos que ofrece. Refiriéndose a la apertura y lo que ha ocurrido en el transcurso de esos dos años, Isabel expresó:

“Como ustedes verán, la cárcel abrió las puertas y nosotros tenemos una relación permanente con la sociedad civil; pienso que el gran éxito de esto, con nosotras, como ustedes pueden ver, nadie quiere irse, ninguna en dos años ha intentado decir me voy, puesto que la mayoría de las internas no son personas que lleven una vida delictiva, o que hayan estado en pandillas ni nada, sino, casi todas están por microtráfico; son amas de casa que en algún momento desesperadas encontraron conseguir sus recursos vendiendo droga. He visto que lo que más se opone a un programa como este es la creencia de que es imposible que una persona cambie…y las personas que se oponen dicen ‘ellas siempre han sido malas, ellas nunca van a cambiar”. (Ferapa, 2021) (Extracto transcrito de video).

Pero realmente este proyecto era integral, y más allá del restaurante, también contempló una huerta productiva y panadería. El taller “ha sido dotado de máquinas de coser y a las internas se les ha dado camarotes y colchones nuevos; se le dotó una biblioteca, pupitres, sala de sistemas, becas de estudio, comedor, medicinas, asesoría jurídica” (Interno, 2018), todo lo que finalmente culminaría en la creación de la primera empresa asociativa de trabajo.

Fuente: actualidad.rt.com

En el 2018 El Restaurante Interno, calificado como un Emprendimiento Social, fue seleccionado por la revista TIME como uno de los 100 mejores sitios del mundo en la categoría ‘Comer y beber’ (las otras dos son ‘Para visitar’ y ‘Para estar’), y en el 2020 el ODS10 le reconoció sus buenas prácticas en desarrollo sostenible.

Fuente: restauranteinterno.com

“El listado lo conformaron 1.200 nominados por parte de editores y expertos, en la que incluyeron hoteles, parques, museos restaurantes. Para la elección tuvieron en cuenta los jurados los lugares que están abriendo camino e impresionando a sus pares en la industria y los que ofrecen una experiencia única”. (Interno, 2018).

Lamentablemente este restaurante funcionó en Cartagena solo hasta el 2019, donde al parecer por asuntos burocráticos, dejó de funcionar en esa construcción, y el penal fue trasladado a otro lugar. Sin embargo, el modelo se trasladó a Bogotá a partir del 2020.

En conclusión, se trata de una obra social de dimensiones invaluables y de efectos sociales incalculables, pero ya probado en la práctica, es el mejor ejemplo de que cuando se juntan esfuerzos en pro de propósitos loables, y no con intensiones asistencialistas, sino con la de proponer y estimular el esfuerzo propio no solo como una alternativa de realización y superación personal, sino como de reivindicación consigo mismo y con la sociedad después de haber cometido un error que lleva tras las rejas. Este ejemplo debería ser replicado en todas las cárceles del país y del mundo.

Fuente: restauranteinterno.com

– – – – –

Referencias

*     *     *