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Las disyuntivas entre gremios que se complementan a menudo son fatales para una economía.

¿La tendencia creciente del precio del acero es realmente una amenaza como lo alerta Camacol? Esta agremiación que agrupa a los constructores de Colombia, hace unas semanas lanzó ya no una alerta -como lo había hecho en pronunciamiento anterior- sino un SOS por el continuo incremento del precio del acero en el país.

Según Urrego (Urrego, 2021), el precio del acero y varios de sus derivados han sufrido un incremento a nivel global del 75%, derivado de la dinámica mundial de recuperación de los mercados, lo que puede repercutir directamente en el mercado de vivienda y los sobrecostos en los proyectos VIS, especialmente en los que están cerca a iniciar su etapa de construcción.

Para RCN Radio Digital, el gremio explicó que de acuerdo con el índice de Costos de Vivienda publicado por el Departamento Nacional de Estadística-DANE-, el precio del componente de hierros y aceros registró una variación anual del 40,6%, siendo en el último año el insumo de mayor aumento de precios en la cadena de suministros de la construcción de vivienda. El nuevo aumento desde enero del 2020 a agosto de 2021 acumula una variación que asciende al 45,3%.

Sostiene Camacol que «este incremento continuo pone en riesgo la vivienda de interés social, la reactivación del empleo y la demanda de insumos de 36 sectores de la economía utilizados en la construcción» (Rodríguez Hernández, 2021), y agrega que a ello se suma una menor disponibilidad del producto en el mercado y tiempos de entrega sustancialmente mayores. Alerta que hay más de 3.200 etapas de proyectos de vivienda social en las cuales este aumento de precios pone en riesgo su inicio o ejecución (RCN Radio Digital, 2021).

Ante este panorama Camacol reitera, pero ahora con mayor vehemencia, la necesidad de que se tomen medidas desde el Gobierno Nacional para que se eliminen los aranceles a la importación de insumos hechos a base de acero como barras y alambrón. No obstante la propuesta ha generado controversia especialmente en el sector de producción del acero nacional.
La ANDI entró en la discusión mostrándose contraria a la medida sugerida por Camacol, asegurando a su vez que Colombia es autosuficiente. Por su parte ALACERO –asociación que representa a los productores latinoamericanos de esta industria-, «expresó su preocupación en caso de materializarse esa disminución de los aranceles.» (Vargas Riaño, 2021). De otro lado, Ternium -que tiene una participación de un 30% en el mercado nacional de varilla- manifestó «que si bien la subida de precios es real, ésta es una situación global y no solo de Colombia», asegurando también que Colombia es autosuficiente.

Sin duda se trata de posiciones diametralmente opuestas alineadas fielmente con los intereses de cada sector. Años atrás las organizaciones de la producción nacional de acero lanzaban un SOS, a propósito de la liquidación de la empresa de aluminio Reynolds, por la amenaza que representaba la producción China, en tanto que manifestaban que «ya no podían competir con las empresas chinas que cada día ingresan más productos baratos al territorio nacional» (Redacción de El País, 2011), a precios de dumping, y para entonces el gremio de los productores de acero pedía al Gobierno Nacional a través del Ministerio de Comercio, agilizar las defensas legales de las que se disponían para controlar el fenómeno, en tanto que para el sector de la construcción era su momento de las “vacas gordas”.

Mientras que para el sector de la construcción la situación hoy es alarmante y apremiante, para el de los productores nacionales del acero ya no lo es como hace varios años atrás, más aún porque como se dice en artículo anterior de este mismo blog “Construcción: ¿Reactivación con alza en Precios del Acero?«, China hoy ya no está produciendo y exportando grandes niveles del insumo y sus derivados, por lo que ya no es una amenaza para la industria nacional del acero.

En conclusión, lo ideal es que se concilien los intereses y se consensuen posiciones, con el acertado oficio del gobierno como fiel de la balanza, que conduzcan a medidas o acciones donde todos ganen así sea no todo lo que se espera, pero que por encima de todo se consideren las necesidades de los usuarios o consumidores finales en los programas de interés social del país, que en últimas serán los que más perjudicados saldrán como consecuencia del fenómeno y los desencuentros de dos gremios que son claves en la generación de soluciones de vivienda de una u otra naturaleza, pero en especial la de interés social.

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Referencias

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